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¡Lo logré! La búsqueda de la independencia.

  • Foto del escritor: Psic. Karina Baje
    Psic. Karina Baje
  • 13 ago 2021
  • 3 Min. de lectura

¡Ha pasado muy rápido el tiempo! Ahora que miras hacia atrás te das cuenta lo mucho que tu hijo ha crecido; lamentablemente o afortunadamente, está poco a poco dejando de ser un bebé; por mucho que a veces nos cause nostalgia este tema; ¡te tengo una excelente noticia! Esta nueva etapa traerá consigo aventuras, retos y por supuesto bastantes logros que, sin duda tú junto con tu pequeño les ayudará a forjar las bases para un desarrollo óptimo y harán de él, un niño autónomo e independiente.


Pero, ¿Por dónde empezar?

Te habrás dado cuenta que tu hijo qué ahora que está por cumplir los 2 años; ese niñito dulce, tierno, obediente y cooperador se está difuminando poco a poco, dando paso así a un torbellino lleno de energía, nuevas habilidades, rabietas y en ocasiones, muy pero muy mal humor; ¡felicidades! Tú hijo se ha dado cuenta que tú y él dejaron de ser uno mismo y es momento de diferenciarse y empezar a ser cada vez más independiente.


Actividades que solían hacer juntos como, por ejemplo, ir de la mano por la calle o el momento del baño, se están convirtiendo en todo un reto, ya que ahora tu hijo deseará hacer todo o casi todo él solito, y eso es maravilloso. ¡Ayúdalo a sentir que puede y aliéntalo cada vez que lo intente!


Ahora que tu hijo tiene mejor coordinación en sus movimientos, mayor control de algunas de sus acciones, empieza a reconocer sus emociones y por supuesto tiene mucho más lenguaje; posibilita que él este deseoso por explorar su entorno y retará continuamente sus capacidades y a sus cuidadores para así saber hasta dónde puede llegar.


En ocasiones puede sentirse frustrado por costarle trabajo alguna actividad en específico y sienta que no sea capaz de realizarlo pese a su deseo; como el clásico ejemplo en que juega a armar bloques y uno no embona con otro o tratar de abrir un recipiente y no poder girar la tapa; esta frustración es buena ya que le hará ser persistente para lograr su meta.


María Montessori decía “Cualquier ayuda innecesaria entorpece el desarrollo”, entonces, ¡deja que lo intente!, aunque tú ya sepas de por medio que probablemente falle, se paciente y motívale a intentar, le estarás ayudando implícitamente a que en un futuro sea capaz de pensar, tenga confianza en sí mismo, supere obstáculos y por ende tenga logros, cualidades indispensables para alcanzar la autonomía e independencia.


Algo indispensable para favorecer su independencia es tu aprobación, tu aplauso y tú reconocimiento, cada vez que observes que tu hijo intenta o logra una meta, felicita sus logros y resalta que él ya puede hacer muchas cosas por él mismo y cuán orgulloso estás por eso, ¡no sabes que bien se sentirá al escucharte! Es muy importante que le transmitas que él puede y tú estarás ahí para ayudarle, más no harás las cosas por él; por lo tanto, confía en sus capacidades, de seguro te sorprenderán más de lo que crees.


Tips para empezar

  • Mantén tu ambiente enriquecido, esto quiere decir que quites todo aquello que represente un riego y dale oportunidad de explorar su entorno sin el temor a lastimarse; pon los objetos que suele ocupar a su alcance ya que esto le posibilitará cooperar contigo en determinadas situaciones.

  • Intenta establecer rutinas de comida, sueño e higiene personal para que él sepa qué es lo que se debe hacer en cada uno de estos momentos y su participación será mucho más activa.

  • Ocupa el juego como tu mejor herramienta; es más fácil alentar que imponer. Seguro con esta técnica será mucho más fácil que quiera participar en tareas importantes y cotidianas como recoger sus juguetes, ponerse o quitarse los zapatos, la chamarra, ir al baño, etc. Es mejor cuando ellos sienten que están cooperando con la familia a que simplemente sea algo que “se tenga que hacer”.

  • Dale opciones limitadas y deja que tome decisiones sencillas; utiliza preguntas claras, ¿Qué playera quieres hoy, la roja o la azul? ¿Jugamos afuera o dentro de casa? etc.

  • Dale la oportunidad de participar en actividades cotidianas cómo, por ejemplo, ¿Me ayudas a tirar tu pañal en el bote de basura? Mientras yo tallo tu pelo tu lava tus brazos, ¡Sube el cierre de tu chamarra para poder salir!

  • ¡Aplaude sus logros siempre!



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“Tenía que hacer el desayuno y mi hijo pedía a gritos jugar conmigo; decidí subirlo a la mesa y que me ayudará a tronar un huevo, fue en ese momento que me percaté lo mucho que ya había crecido y qué ya podía ayudarme en cosas cotidianas ¡fue muy divertido y tan solo tiene dos años y medio!”




Escrito por: Psic. Karina Baje


 
 
 

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